Diócesis de México
Iglesia Ortodoxa en América
O. C. A.
Domingo de la Ortodoxia

San Juan Damasceno
San Juan Damasceno
San Juan Damasceno
Domingo de la Ortodoxia

El pasado domingo 21 de marzo, primer domingo de la Gran Cuaresma, el Arzobispo Alejo junto con el clero y el pueblo presente, como en años anteriores, celebró el Domingo de la Ortodoxia, haciendo una procesión en la calle con los sagrados iconos para dar testomonio de nuestra Fe Cristiana Ortodoxa y nuestra Tradición.

HISTORIA

En el año de 726 d.C. el emperador romano de oriente León III quebrantando la Santa Tradición de la Iglesia movido por deseos políticos y por la presión de los musulmanes y judíos, prohibió a los cristianos el uso de los santos iconos, alegando que la veneración de las Sagradas Imágenes era idolatría. En esos tiempos fueron destruidos miles de sagrados iconos, por lo que al partido eclesiástico que estaba en contra de las imágenes se les denominó: "Iconoclastas" (los destructores de imágenes). Sin embargo, el Pueblo fiel a la Tradición de la Iglesia en unión con los monasterios y los venerables monjes, hicieron resistencia al emperador y a los obispos y clero que le apoyaban. Destaca como defensor de la Tradición, nuestro padre entre los santos, Juan Damasceno (Yuhana Mansur), sacerdote en Jerusalén, quien a través de sus palabras y obras escritas, enseñó el legítimo uso de las imágenes para los cristianos, en primer lugar el santo enseñó que existen diversas imágenes: Jesús, el Verbo de Dios, es la Imagen de Dios Padre; el hombre es imagen de Dios; el Tabernáculo de Moisés es una imagen del Cielo, etc. Que si bien es cierto que la Ley prohíbe las imágenes de Dios, es porque la misma Ley indica que es porque no se le ha visto, sin embargo, el Verbo se hizo carne y nos ha revelado a Su Padre, y quien ve al Hijo ve al Padre. El primer mandamiento de los diez dice conforme a la versión de los LXX: “οὐ ποιήσεις σεαυτῷ εἴδωλον,” (No te harás para ti ídolos) es decir, falsos dioses. El mismo Señor Dios mandó a Moisés construir el Tabernáculo, el Arca de la Alianza con los Querubines, la Serpiente de Bronce, etc. Cabe aclarar que el icono no es un falso dios, sino una representación, y como enseñó en su día San Basilio (siglo IV): “Porque el honor de la imagen se dirige al arquetipo (original) y el que venera una imagen, venera a la persona en ella representada”. El santo además mostró las diversas veneraciones conforme a la Biblia: se venera a Dios, Lot y Abraham veneraron a los ángeles, se venera lo sagrado del Templo, la veneración a la autoridad, porque se venera a todo aquello revestido de dignidad, el mismo San Pablo enseña: “Paguen a todos lo que deban: al que impuesto, impuesto; al que tributo, tributo; al que temor, temor; al que honor, honor”. Empero, hay una adoración en sentido estricto a Dios “La Latría”, la cual únicamente está reservada a la Santa Trinidad: Padre, Hijo, y Espíritu Santo.  Y existe otra adoración de veneración “Prokinesis” reservada para las creaturas, a la Madre de Dios, a los Santos, a la Biblia, a la Cruz, reliquias, etc. El que venera la Cruz, venera a que nos salvó mediante ella; el que venera a los Santos, venera a su Señor; el que venera a la Madre de Dios, venera al Dios que se hizo carne; el que venera las reliquias de los Santos, venera al Espíritu que en ellos moró, escribe el santo: “No adoro la materia, adoro al Creador de la materia, quien se hizo materia por mi causa, que quiso tener su morada en la materia y que a través de la materia forjó mi salvación”. De igual manera, San Juan Damasceno recurrió a la prueba de la antigüedad del uso de las imágenes en la Iglesia citando diversos Padres de la Iglesia; por nuestra parte, podemos apreciar en las distintas catacumbas de Roma y otros lugares, como los cristianos representaban al Señor, a los Apóstoles y Santos del Antiguo Testamento. También, San Juan Damasceno mencionó su uso catequético: “lo que es un libro para los que saben leer, es una imagen para los que no leen. Lo que se enseña con palabras al oído, lo enseña una imagen a los ojos. Las imágenes son el catecismo de los que no leen”. Y sobre todo, el Icono es la afirmación de la Real Encarnación de Dios, en verdad se hizo hombre, el Invisible se hizo visible, la materia ha sido redimida. Una piadosa leyenda narra que el mismo San Juan Damasceno por causa de la fe y la veneración de los iconos, le fue amputada su mano por el Califa de Jerusalén por intriga del emperador León acusándolo de traición, el santo presenta su mano amputada ante la Sagrada Imagen de la Madre de Dios, y aconteciendo que milagrosamente al siguiente día la mano del santo fue restaurada por la Intercesión de la Virgen. En agradecimiento, el santo fijo una mano de plata al icono de la Madre de Dios, desde entonces, a este icono se le conoce como el icono de las tres manos. Mas volviendo al tema. La veneración a las Sagradas Imágenes no sólo defendió la verdadera Fe y Tradición de la Iglesia, sino incluso mostró que el poder civil no tenía por qué interferir en las cuestiones de la Iglesia.

En el año de 787 en la ciudad de Nicea, la emperatriz Santa Irene convocó el séptimo Santo y Gran Concilio Ecuménico, donde se definió y afirmó la veneración de la imágenes, restituyendo en breve la paz en la Iglesia.

No obstante, en las primeras décadas del siglo IX, nuevamente un emperador romano llamado León IV, instauró la lucha iconoclasta en contra de la Iglesia. Hasta que finalmente, al morir el emperador, su esposa Teodora proclamó la Resurrección de los iconos, y con ello, el TRIUNFO DE LA ORTODOXIA, era el primer domingo de la Gran Cuaresma haciéndose una gran procesión con los iconos. Desde entonces, cada primer domingo de Cuaresma la Iglesia celebra la verdadera Fe y se anatemiza todas las herejías.  


Domingo de la Ortodoxia en "La Ascensión del Señor"

(17 Imagenes)

 

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